Este artículo tiene como objetivo reconocer a los padres que, a pesar del miedo, la incertidumbre, la carencia, traumas, el dolor propio, entre otros muchos sentimientos aceptaron el rol de ser padres, desde lo que ellos asumieron era el amor, sin expresar muchas veces sus emociones por los juicios de ser los proveedores o tener siempre que ser siempre fuertes.

¿Cuántos hombres hablan abiertamente de lo que significa la paternidad para ellos? Y cómo reconocer realmente el GRAN papel que juegan cada uno de los padres, cuando en su mayoría no lo dicen o no saben expresar lo que significa para ellos, por miedo a vulnerarse, a ser juzgados o por que simplemente nunca han tenido un modelo a seguir.

 Y es que la vida pareciera un copiar-pegar, es decir, ir repitiendo patrones, porque el ir contra ellos repercute en un reto, burlas o los llamados problemas y hoy papá te invito hacer una reflexión para conectar con tus pensamientos y emociones, buscando con ello escucharte, sentirte y entenderte. Y hacer consciente ese ser humano que no es tan fácil que salga a la luz.

  • ¿Cómo te sentiste al saber que ibas a ser padre o viste por primera vez a ese bebé? Quizá te sentiste con miedo, con incertidumbre, confundido o todos los sentimientos al mismo tiempo, poco preparado ya que quizá no era tu deseo ser papá en ese momento o quizá lo deseabas con todo el amor y eso ¿cómo lo expresaste con los que te rodeaban?
  • ¿Qué hiciste al momento de ver, escuchar y cargar a ese bebé? Quizá te temblaron los pies, gritaste, derramaste una lágrima a escondidas o simplemente desde ese día cambiaron tus hábitos en todo sentido.
  • En ese momento te pudiste sentir simplemente incapaz de hacerte cargo y es ahí donde despertó aquel instinto de protección que no conocías o no a ese nivel, así como las capacidades que te hicieron evolucionar de una manera distinta.
  • Llego el momento de cuestionar tus creencias, de pensar en que padre te había tocado y que padre elegias ser para esa personita que veías vulnerable, inocente y que marcaba un antes y un después en tu vida.
  • Aparecieron en tú mente esos valores que querías inculcarle, donde había que dejar atrás ciertos hábitos que hoy no querías mostrarle a tu hijo, o donde querías que su vida fuera distinta, ya que desde tu pensar, deseabas lo mejor.
  • Y ese bebé a seguido o siguió creciendo y ya no piensan igual, ya te dice no me gusta o no quiero ir, no quiero escuchar y aparece día con día esa oportunidad de ser otra versión de ti, de aprender nuevas formas de resolver cuestionamientos que nunca te habías hecho y donde quisieras tener la mejor respuesta, para ser un BUEN padre, de guiarlos de la manera adecuada o consciente y donde vuelve aparecer por momentos ese sentimiento de sentirte incapaz o vulnerable, pero en ello aparece la nueva posibilidad de renovarte, de ver, escuchar o sentir cosas diferentes; de seguir siendo ese super héroe para tu hijo o hija e inventar nuevas formas para que así te siga viendo.

Gracias por esa RESPONSABILIDAD  que logro darle vida a tu hij@, pero que al mismo tiempo  te ha dio vida a ti,  y en ese proceso haz evolucionado para ser ejemplo, donde buscas durarles mucho tiempo para cuando te necesiten, comprenderte en esos momentos donde no sabes cómo hacerlo y te invita a crecer como persona, dejándolos ser ellos y cumplan sus sueños y sean felices.

FUENTE: ANA RAQUEL MOTA PACHECO